EL DISTRITO DE ACO
El Distrito de
Aco es uno de los quince distritos que conforman la Provincia de Concepción del
Departamento de Junín, bajo la administración del Gobierno Regional de Junín,
en centro del Perú, también forma parte de la Arquidiócesis de Huancayo, actualmente
su alcalde es el señor Hernán Tacza en el periodo 2015-2018
Su idioma oficial
es el español y el co-oficial es el quechua.
El distrito fue
creado mediante Ley del 3 de diciembre de 1917, en el gobierno del Presidente
José Pardo y Barreda, con una superficie de 37.8 km² y con una población de
1642 habitantes (al 2015)
El distrito de
Aco se caracteriza por ser un pueblo de eminentes artesanos, también están
dedicados al trabajo del campo, y muchos de sus habitantes han emigrado a
distintas partes del interior del país principalmente a Lima y a los asientos
mineros, además un pequeño porcentaje al extranjero.
Cuenta con las
Instituciones Educativas, en todos los niveles educativos Inicial, dos de nivel
primario y uno de secundaria.
HISTORIA DE SAN ISIDRO EL LABRADOR
Santo español, patrono de la Villa de Madrid y de los
agricultores. Aunque no se tienen demasiados datos biográficos sobre el santo,
parece ser que vino al mundo en el seno de una familia humildísima, poco antes
de la reconquista de Madrid, rey de Marruecos, atacó Madrid en 1110, Isidro
hizo como muchos otros y se trasladó a Torrelaguna, donde continuó con el mismo
género de vida, dedicada al trabajo y a la oración, que había llevado hasta el
momento. Fue precisamente en la parroquia de esta localidad donde contrajo
matrimonio con una joven llamada María, natural de Uceda, cuya dote matrimonial
fue una heredad en su pueblo natal, lo que fue causa de que los esposos se
establecieran allí para trabajar las tierras por cuenta propia.
Aunque Isidro era piadoso y devoto, su esposa no le iba a la
zaga a este respecto, ni tampoco en cuanto a laboriosidad, todo lo cual hizo
-según la leyenda- que se granjearan la predilección de Dios, que los benefició
con su ayuda innumerables veces, como cuando salvó milagrosamente a su hijo
único que había caído en un profundo pozo o cuando permitió a María pasar a pie
enjuto sobre el río Jarama y así librarse de los infundios de infidelidad que
contra ella lanzaban las gentes.
En 1119, Isidro volvió de nuevo a Madrid, y entró a trabajar
como jornalero agricultor al servicio de un tal Juan de Vargas. Estableció su
morada junto a la Iglesia de San Andrés, donde oía la misa del alba todas las
mañanas y, luego, atravesaba el puente de Segovia -las tierras de su patrón
estaban del otro lado del Manzanares- para aprestarse al duro trabajo de
roturar la tierra con el arado. Se dice de él que daba cuanto tenía a los
menesterosos, y aún a las palomas hambrientas cedía las migas de pan de las que
se alimentaba.
Con el correr del tiempo decidieron los esposos separarse
para llevar una vida de mayor santidad; marchó así Isidro a Madrid, mientras
María quedaba en Caraquiz consagrada al cuidado de la ermita, la cual barría y
aseaba diariamente, al tiempo que pedía limosna para costear el aceite que
alumbraba la imagen. La separación duró hasta la última enfermedad del santo,
cuando María tuvo noticia por un ángel de la muerte de su marido. Corrió presta
a la Villa y no se separó del lado de su esposo hasta que éste exhaló su último
aliento. Luego volvió a Caraquiz y, después de unos años, también murió.na casa
situada donde en la actualidad se halla la calle de las Aguas. Quedó huérfano
muy pronto, así que el joven Isidro se buscó el sustento con trabajos como el
de pocero hasta que finalmente se empleó como labrador.
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